Alcalá la Real

 

Alcalá la Real acoge un año más los Encuentros Étnicos de la Sierra Sur. Este privilegiado enclave, situado entre un mar de olivos, ha sido testigo de un pasado musulmán y cristiano que ha quedado inmortalizado a través de diferentes elementos arquitectónicos. Ahora, esas fortalezas acogen a la unión de culturas que supone EtnoSur. Descubre Alcalá la Real.

Fortaleza de la Mota

La Fortaleza de la Mota, a más de mil metros de altura, es uno de los principales atractivos de la localidad. Es la estrella polar de este puerto seco. Este Bien de Interés Cultural es una muestra de la estructura original de la muralla almohade, el trazado urbano de la ciudad renacentista y el paisaje fronterizo que diseñaron los musulmanes y cristianos en el Medievo.

 

El perímetro amurallado es uno de los más extensos de Andalucía, y se puede atravesar mediante la galería subterránea que sirvió de asedio de la ciudad. Entre las murallas destacan el Arrabal de Santo Domingo y la torre albarrana de la Cárcel. El resto es un solar arqueológico que, además de mantener el trazado urbano de la época, conserva infraestructuras del momento.

Conjunto histórico

Podemos recorrer Alcalá la Real a través de la expansión extramuros, que se inicia en la Calle Real y se replica a través de los edificios religiosos y civiles, entre ellos las iglesias del Rosario y de la Veracruz, que junto a San Francisco y la Puerta de Alcalá forman parte del patrimonio desaparecido.

En el Paseo de los Álamos, conocido por ser uno de los escenarios de EtnoSur, se inicia el recorrido por el Llanillo, eje vertebrador de la localidad. Junto con San Antón y el antiguo convento de Capuchinos, que hoy es la Biblioteca y Archivo Municipal. Destacan en la localidad el Palacio Abacial, el convento de la Encarnación, las Angustias, la Plaza del Ayuntamiento y las Casas de Enfrente.

Barrio de las cruces

El barrio de las cruces permite al visitante adentrarse en la humildad de un barrio de cal y piedra, con un dominio visual del paisaje y de la comarca. Sin duda, merece la pena llegar hasta allí. Desde este lugar también se puede apreciar la red de Atalayas que recorren la localidad.